En
el deporte, la forma de determinar al ganador de un partido o de un torneo es siempre numérica.
Hablamos de goles, de canastas, de ensayos, de rounds en el boxeo, carreras
en el béisbol...pero todas las formas de puntuación, se llamen como se llamen y
sean de uno en uno, de tres en tres o de diez en diez...son básicamente
iguales.
Sin embargo, el tenis tiene un sistema de puntuación muy peculiar.
Seguro que más de una vez, viendo un partido, os habéis preguntado por
qué eso del 15-0, 30-15, 40-15...¿por qué esa manera de puntuar? Por qué no
1-0, 2-0 y así hasta cuatro?
Algunas
civilizaciones muy antiguas, como la azteca, la griega o la romana ya
jugaban a deportes parecidos al tenis, aunque al principio se jugaba con la
mano y el nacimiento del tenis moderno no llegaría hasta el siglo XVIII
aproximadamente. En esa época, los sistemas de medición más utilizados
eran el círculo, las horas y el sistema sexagesimal.
La
primera de las teorías cita
que en los orígenes del tenis se estableció que el ganador del juego debía
hacerlo completando un círculo, que desde hace miles de años es considerado una
forma geométrica perfecta. Así pues, el ganador era aquel jugador que alcanzaba
la perfección. Y ya que un círculo tiene exactamente 360 grados, se dividió en
seis partes iguales de 60 grados, que corresponden a cada uno de los juegos de
un set. Y esas partes iguales de 60 grados se dividieron, a su vez, en cuatro,
de 15, 30, 45 y 60 grados, lo que serían los puntos de un juego normal.
La
segunda teoría versa sobre el día y las horas. Se estableció en 1913 y tiene
más que ver con la manera de establecer el ganador que con la puntuación. Vencía el ganador de dos sets (es decir, que el partido era al
mejor de tres). Se dividían entonces las doce horas de las que se compone la
medición temporal de un día en dos grupos de seis, y cada uno de estos
grupos se componía por los cuartos de hora, la media hora, los tres cuartos y
las horas en punto, estableciendo así la puntuación de los juegos.
La
tercera teoría tiene que ver con el sistema sexagesimal, que era el utilizado
para casi todo hasta mediados del Siglo XVII. En vez de contar de uno en uno o
de diez en diez, contaban de seis en seis. De esta forma se estableció que el
ganador de un set debía ganar seis juegos, o seis puntos, divididos en cuatro
partes.
¿Y
por qué pasar de 30 a 40 y no de 30 a 45 en la actualidad? Pues parece ser que
porque, al cantar los puntos en los partidos, lingüísticamente era más sencillo
decir ¡treinta! y después ¡cuarenta! que ¡treinta! y ¡cuarenta y cinco!. De
esta forma, coloquialmente se empezó a usar el cuarenta en lugar del cuarenta y
cinco y después se cambió definitivamente.
En
fin, que nunca sabremos con exactitud cuál de estas teorías es la verdadera, o
si todas tienen algo de cierto. Yo creo que todas tendrán algo que ver. Y es que el tenis, por deporte pijo, ¡hasta se desmarca de los demás en cuanto a puntuación!